jueves, 27 de febrero de 2020

Josefa

Josefa, la marranita que mi padre había comprado siendo lechoncita, con la intención de tener la celebración de la navidad con la familia, ya estaba en edad de merecer, los cuidados brindados por toda la familia dejando parte del almuerzo para mejorar la dieta de la cerda, comenzaba a dar sus frutos, por lo tanto era preciso conseguirle un "verraco", un cerdo macho sin capar que le sirviera de Padrón.
El vecino Ezequiel tenía uno, que lo ofreció a cambio de una de las crías , pero nos pareció muy ordinario, sin casta, más bien parecía un tatabro todo flechudo y trompilargo, razón por la cual lo descartamos por unanimidad.
Poco a poco la elección del novio para Josefa fue entrando en términos  democráticos, donde no era fácil lograr las mayorías y el tiempo iba pasando.
Ya habían corrido los tres meses, tres semanas y tres días que demoran las porcinas en parir, cuando llegó la noticia de que en la finca" La Unión" , tenían un padrón de raza dominicana  y solo querían a cambio un chicharrón, el día que hubiese fritanga. 
Un animalote de 80 kilos, rubio de ojos azules y lomo largo, entonces encargaron a Ernesto, para que en una carreta llevará a Josefa a la visita conyugal, para que no llegara cansada.                Pero el monzalbete , en la primera curva, la bajaba y la arriaba con una varita de guadua, siempre llegaba agotada para esos menesteres.                                Pasaron dos semanas y Ernesto continuaba cargando la novia todos los días, a lo largo de un kilómetro de camino hasta la cochera del padrón, que entre otras cosas lo llamaban "Rubirosa" y a Josefa le encantaban los paseos por lo que  se ponía cada día más bonita. Un día mi padre le preguntó si la marranita estaba preñada y la respuesta de Ernesto lo sorprendió" nooo, pero ya se monta sola en la carreta! No era tan marrana, "lasciva"diría la abuela.
Enviado desde mi iPhone



No hay comentarios:

Publicar un comentario