sábado, 29 de febrero de 2020
Gafas
Alguien sabe dónde están mis gafas? Pregunté con
voz fuerte para que me escucharan. La respuesta no se hizo esperar " en su
nariz" y efectivamente las tenía puestas, son tan finamente diseñadas, que
con frecuencia las perdemos delante de nuestra propia
nariz.
Pero no siempre fue así, las gafas han sufrido un penoso recorrido en la
historia. Cicerón, el famoso orador romano de los años 50 A.C, se quejaba de
que los esclavos tuviesen que leerle los textos en voz alta, ante la
imposibilidad de hacerlo por su pésima visión y Nerón usaba una esmeralda para
mirar la lucha de los gladiadores en la creencia de que el color verde
refrescaba la
vista.
Los primeros lentes de aumento se usaron como lupas y fue en Murano, una
pequeña isla italiana donde los cristalleri esmerilaron en el siglo XI
dos lentes cóncavos y los ensamblaron en un soporte de madera, guardando
el secreto por siglos, cuya delación se podía pagar con la
muerte.
Fueron dos monjes quienes a mediados del sigloXIII, revelaron el secreto,
fabricando lentes para los frailes de más edad, para que pudieran continuar con
su labor
pastoral.
En Alemania se cambio la montura de madera por una de plomo y se le adicionaron
dos varillas rectas que se apoyaban sobre las
orejas.
Luego se usaron elementos más sofisticados como el carey , hierro, oro, plata,
bronce, pero eran costosos y no estaban al alcance de las clases
populares, más tarde llego la innovación del puente sobre la nariz, hasta que
Benjamín Franklin, inventó los lentes bifocales y los soportes curvos que los
sostuvieran en su
puesto.
Hoy existen lentes progresivos que se adaptan a las distancias, lentes de
sol que controlan la radiación y lentes de lujo solamente para
lucir, un artículo caro como una
joya. Si se
te pierden los lentes, antes de preguntar, búscalos sobre tu nariz, saludos
jairoache .
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