lunes, 29 de julio de 2019

Agripina

Hay personas imposibles de olvidar, por más tiempo que transcurra, una de ellas la primera novia, se pegan a la memoria como garrapata y están presentes en todos los recuerdos.                                         Se llamaba Agripina, no estoy seguro si su apellido era Tangarife o Barrientos, flaca como una tabla, sin ningún adorno por delante, ni por detrás, pero eso sí, muy fiel, porque toda novia fea es fiel, se lo contó a todo el pueblo y las amigas me sacaban el cuerpo, por respeto a la dama.                                      Comencé a odiarla mucho antes del primer beso, y nunca volví a frecuentar los sitios donde podría encontrármela, el parque después del rosario, la fuente de soda,  o la esquina de las Arias donde había una banca larga que servía de sitio para charlar con los amigos.                                                         "Koy no yokan"  es una expresión japonesa que no tiene traducción, pero explica como el cerebro puede confundir el amor con el miedo , así como hay personas que disfrutan la adrenalina pura , en situaciones de alto riesgo, hay otros que le tememos a ese desconocido que se llama amor, primero queremos observarlo de lejos y vamos tomando confianza, poco a poco, hasta que llega otro y lo arrebata.    Es más o menos, como temor a lo extraño, "de eso tan bueno no dan tanto " y preferimos esconder la cabeza como las avestruces.              Nunca supe que le dijo al papá, pero el viejo me invitó a la finca para que fuera con los amigos, los mande a ellos pero  yo no fui. Después me contaron que la suegra había quedado encantada con el levante de la Agripina, los amigos me hicieron el favor de recomendarme muy bien, para que les dieran más sancocho de gallina y cerveza costeñita.             Se la recomendé a chucho, un buen vecino, pero  no lo aceptó, dizque porque ella ya tenía un compromiso muy serio conmigo.         Con el tiempo descubrí, que alguien le había llevado saludos y unos confites, de mi parte, que yo nunca le mande a la Agripina, así fue que conseguí novia y yo no sabía, hasta que el chisme rodó   por las calles.                                               Bueno, fue una buena experiencia, de esas que no se obtenían leyendo a Corin Tellado, o pidiéndole consejos a la Doctora Corazón, y que no le pasan a todo el mundo, solo a los lindos, decía mi madre, pobrecitas me miraban ambas con los ojos del amor. Saludos jairoache.

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