El Bálsamo de Fierabrás
El bálsamo de Fierabrás es una poción mágica capaz de curar todas las dolencias del cuerpo humano que forma parte de las leyendas del ciclo carolingio. Según la leyenda épica, cuando el rey Balán y su hijo Fierabrás conquistaron Roma, robaron en dos barriles los restos del bálsamo con que fue embalsamado el cuerpo de Jesucristo, que tenía el poder de curar las heridas a quien lo bebía.
En el capítulo X del primer volumen de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, después de una de sus numerosas palizas, Don Quijote menciona a Sancho Panza que él conoce la receta del bálsamo. En el capítulo XVII, Don Quijote muestra a Sancho que los ingredientes son aceite, vino, sal y romero. El caballero los hierve y bendice con ochenta padrenuestros, ochenta avemarías, ochenta salves y ochenta credos. Al beberlo, Don Quijote padece vómitos y sudores, y se siente curado después de dormir. Sin embargo, para Sancho tiene un efecto laxante, justificado por El Quijote por no ser caballero andante. Cuando tu cabeza sientas latir más que el corazón
En el capítulo X del primer volumen de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, después de una de sus numerosas palizas, Don Quijote menciona a Sancho Panza que él conoce la receta del bálsamo. En el capítulo XVII, Don Quijote muestra a Sancho que los ingredientes son aceite, vino, sal y romero. El caballero los hierve y bendice con ochenta padrenuestros, ochenta avemarías, ochenta salves y ochenta credos. Al beberlo, Don Quijote padece vómitos y sudores, y se siente curado después de dormir. Sin embargo, para Sancho tiene un efecto laxante, justificado por El Quijote por no ser caballero andante. Cuando tu cabeza sientas latir más que el corazón
Y tus piernas no reciban estímulos ni información
Si tus espaldas no pueden soportar el peso
De tus hombros al caminar
Sé de un remedio que un moro me dio
Té quita el tedio y, a veces, también el dolor
De tus hombros al caminar
Sé de un remedio que un moro me dio
Té quita el tedio y, a veces, también el dolor
O.K.! Va guay!. Tómalo es medicina natural
O.K.! Va guay! Contra el mal humor
O.K.! Va guay! Contra el mal humor
Bálsamo de Fierabrás
En la noche de los tiempos se pierde su creación
Lo da la tierra, durante los siglos XVI y XVII se produce, tanto en España como en el resto de Europa, una importante difusión de prácticas supersticiosas. Escribe durante los siglos XVI y XVII se produce, tanto en España como en el resto de Europa, una importante difusión de prácticas supersticiosas. Escribe González de Amezúa 48: «Astrólogos judiciarios, vulgares conjuradores, agoreros misteriosos, nigrománticos oscuros, adivinos sibilíticos, descubridores de tesoros y fabricantes de calendarios, ensalmadores y curanderos, hechiceras celestinescas, brujas y xorguinas codiciosas de brutales placeres, componen un mundo nuevo tétrico». Y «en España ─relata el Duque de Maura 49─ las únicas supersticiones rurales de bulto que se denuncian como generalizadas en nuestro país durante la primera mitad del siglo XVII se reducen a estas dos: excesiva fe en los curanderos empíricos y temor, excesivo también, en las fechorías personales del demonio». Cuando don Quijote se preparaba para su tercera salida tuvo lugar el proceso celebrado en Logroño, en 1610, contra las brujas de Zugarramundi. González de Amezúa 48: «Astrólogos judiciarios, vulgares conjuradores, agoreros misteriosos, nigrománticos oscuros, adivinos sibilíticos, descubridores de tesoros y fabricantes de calendarios, ensalmadores y curanderos, hechiceras celestinescas, brujas y xorguinas codiciosas de brutales placeres, componen un mundo nuevo tétrico». Y «en España ─relata el Duque de Maura 49─ las únicas supersticiones rurales de bulto que se denuncian como generalizadas en nuestro país durante la primera mitad del siglo XVII se reducen a estas dos: excesiva fe en los curanderos empíricos y temor, excesivo también, en las fechorías personales del demonio». Cuando don Quijote se preparaba para su tercera salida tuvo lugar el proceso celebrado en Logroño, en 1610, contra las brujas de Zugarramundi.
Lo da la tierra, durante los siglos XVI y XVII se produce, tanto en España como en el resto de Europa, una importante difusión de prácticas supersticiosas. Escribe durante los siglos XVI y XVII se produce, tanto en España como en el resto de Europa, una importante difusión de prácticas supersticiosas. Escribe González de Amezúa 48: «Astrólogos judiciarios, vulgares conjuradores, agoreros misteriosos, nigrománticos oscuros, adivinos sibilíticos, descubridores de tesoros y fabricantes de calendarios, ensalmadores y curanderos, hechiceras celestinescas, brujas y xorguinas codiciosas de brutales placeres, componen un mundo nuevo tétrico». Y «en España ─relata el Duque de Maura 49─ las únicas supersticiones rurales de bulto que se denuncian como generalizadas en nuestro país durante la primera mitad del siglo XVII se reducen a estas dos: excesiva fe en los curanderos empíricos y temor, excesivo también, en las fechorías personales del demonio». Cuando don Quijote se preparaba para su tercera salida tuvo lugar el proceso celebrado en Logroño, en 1610, contra las brujas de Zugarramundi. González de Amezúa 48: «Astrólogos judiciarios, vulgares conjuradores, agoreros misteriosos, nigrománticos oscuros, adivinos sibilíticos, descubridores de tesoros y fabricantes de calendarios, ensalmadores y curanderos, hechiceras celestinescas, brujas y xorguinas codiciosas de brutales placeres, componen un mundo nuevo tétrico». Y «en España ─relata el Duque de Maura 49─ las únicas supersticiones rurales de bulto que se denuncian como generalizadas en nuestro país durante la primera mitad del siglo XVII se reducen a estas dos: excesiva fe en los curanderos empíricos y temor, excesivo también, en las fechorías personales del demonio». Cuando don Quijote se preparaba para su tercera salida tuvo lugar el proceso celebrado en Logroño, en 1610, contra las brujas de Zugarramundi.
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