Ángel María Franco
El abuelo Ángel, tal vez no conoció en su vida
laboral a un ingeniero, a lo sumo algún agrimensor, eran tan pocos que solo alcanzaban para Bogota y algunas capitales, pero su lógica matemática trascendió la comunidad familiar y sus amistades en la región. Lo llamaban para construir un poso profundo, de 10 metros para ese tiempo. Encontrar la caída del agua de una sequía para un ariete o rueda de palas del molino. Un reservorio donde almacenar el agua lluvia para piscicultura o jaguey, un puente simple de guadua y tierra, tan comunes en los caminos
veredales, o encontrar agua subterránea con una varita en forma de "Y". Pero su prueba de fuego se presentó el día que el otro abuelo, "PaCruz" lo llamó para estudiar, la posibilidad de construir un túnel bajo una loma de quince metros de altura por 220 de largo. Se trataba de pasar el agua de la sequía hasta el otro lado donde se estableció la molienda para la panela. Déjeme pensarlo! Le respondió.
Contaba mi madre, que esa noche él no durmió, jugando con unos palitos y una tabla de la cama al piso, que pareciera simular la loma. Dos días mas tarde ya tenía el caballete con la pata delantera escualizable que le permitiera medir la pendiente, marcó la orientación con estacas de guadua y cuando arribó a la meta, ya sabía cuanta tierra había de mover. Pidió seis obreros, dos paleros, dos carreteros y dos veleros, los paleros abrían el socavón, los carreteros sacarían la tierra y los veleros mantendrían prendidas las velas que orientarían la tarea. Tomadas las medidas y precauciones, les dijo" deben empezar a cavar y de las tres velas solo deben ver una, la que está delante, si ven dos es porque se torcieron . A la segunda semana de labores, "Elpidio", el palero de la salida del túnel, renunció alegando que el trabajo era pesado y demasiado duro, quedó en que al día siguiente regresaría por el pago, pero nunca volvió y se fue de la región, como no hay nada oculto bajo el sol, a los cinco días se supo que había chocado contra una"guaca" a tan solo cinco metros de profundidad que además de ollas, contenía figuras de oro "tumbaga", ( mezcla de oro y cobre). La noticia entusiasmó a los trabajadores, tanto que llegaron al acuerdo, que si alguien encontraba algo lo repartirían por igual entre todos. Demoró 33 días para encontrarse, cuando la pared del lado se cayó en la mitad del túnel y allí estaban los que cavaban desde el lado contrario. Celebraron con gritos de alegría y con aguardiente amarillo anisado, del alambique que el abuelo tenía escondido en el río Barbas, de más gusto que el de la Licorera. Ohh ..Había una diferencia de una cuarta ( + o - 25 centímetros) entre los dos túneles y un geme ( distancia entre el dedo pulgar y el meñique con la mano abierta), en el nivel del piso, de ambos. Tengo la seguridad que el abuelo Ángel, nunca se enteró del "Túnel Eupalino" construido en la isla de Samos, con 1.036 metros de largo, en el siglo IV a.C. También trabajando desde ambos extremos en la roca, guardadas proporciones pareciera una comunicación telepática a través de los siglos, entre un ingeniero romano de a.C. y un homólogo filandeño. El túnel todavía existe, pasa por bajo la antigua casa de Julito, pero ya no lleva agua, es el hábitat de los murciélagos que huyen cuando alguien penetra a él con una tea encendida para revisar que el techo cónico, no se esté derrumbando. Dejó de usarse cuando se cambió el cultivo de caña por café y pasó a ser sitio de aventuras para los chicos de la escuela, que lo descubrieron el día que el balón de fútbol rodó hasta la cañada.
Saludos jairoache.
Junio 27/20 día de san Cirilo.
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