jueves, 19 de marzo de 2020

Sueños

Se acabaron los sueños, porque dejaron de serlo,  para ser realidades tangibles.                                                  Los infantes de mi época, creíamos en el futuro, comparando nuestros sueños con las cosas reales, nunca vimos un avión de cerca, siempre estaban volando a gran altura, algo muy parecido a un pájaro grande, una águila  que vuela en círculos sin batir las alas, eso para nuestro limitado entendimiento era un avión.                                      Entonces el avión que creíamos percibir en nuestro sueño futuro, tenía plumas, pico, ojos, patas y alas. Un buen día lo tuvimos frente a nuestros ojos, hacíamos turno para introducirnos  dentro de el para nuestro primer viaje aéreo, fue un desconsuelo, no se parecía en nada, a nuestro avión soñado.                            Un montón de latas apretadas a un par de hélices, frías, sin vida, no había plumas, sus alas rígidas, caminando sobre ruedas, los ojos dos ventanillas circulares donde asomaban la cara los pilotos, una escalerilla para ingresar, no para montar sobre el.
Yo me soñaba cabalgando sobre su blando lomo de ave, con el aire golpeándome la cara,  aferrado a un puñado de plumas y abajo, bien abajo, la sombra de mi avión marcando la ruta Sobre los surcos cultivados.                            No puedo soñar en lo que ya existe y aquello que aún no es, me llevará a un nuevo desconsuelo.                                                      Como soñar con un extraterrestre, venido tal vez de Saturno o de Géminis que no sé dónde queda, pensando que podría ser igual al inolvidable "ET" , ese precioso ser bello, lleno de cariño y dulzura  que nos presentó  en el cine Steven Spielberg, otro soñador que seguramente se verá confundido cuando se encuentre frente a frente con un alienigen  de verdad.                          Soñar en lo que otros tratan de inventar y que ya fue parte de nuestros pensamientos, viajar a través del tiempo para regresar a nuestro rinconcito encantado que era nuestro taller de sueños compartidos con los amigos que ya no están, revivirlos para contarles como es el futuro que no llegaron a conocer, frío, rígido, sin vida, avasallador.        Llegará algún día mi "ovni", de plata, brillante como las estrellas, silencioso y a plena luz del día, tripulado por enanitos amigables y simpáticos, que nos traerán regalos de diamantes, no espejos como Colón? , y se sentarán a la mesa a compartir la cena estelar?.  Tal vez una estrella de queso y Arequipe  o una porción de nube bañada en salsa de fresa?          Se nos fueron para siempre los sueños, ahora son realidades. Saludos jairoache.
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