jueves, 19 de marzo de 2020

Gafas

Alguien sabe dónde están mis gafas? Pregunté con voz fuerte para que me escucharan. La respuesta no se hizo esperar " en su nariz" y efectivamente las tenía puestas, son tan finamente diseñadas, que con frecuencia las perdemos delante de nuestra propia nariz.                            Pero no siempre fue así, las gafas han sufrido un penoso recorrido en la historia. Cicerón, el famoso orador romano de los años 50 A.C, se quejaba de que los esclavos tuviesen que leerle los textos en voz alta, ante la imposibilidad de hacerlo por su pésima visión y Nerón usaba una esmeralda para mirar la lucha de los gladiadores en la creencia de que el color verde refrescaba la vista.              Los primeros lentes de aumento se usaron como lupas  y fue en Murano, una pequeña isla italiana donde los  cristalleri esmerilaron en el siglo XI dos lentes  cóncavos y los ensamblaron en un soporte de madera, guardando el secreto por siglos, cuya delación se podía pagar con la muerte.                                       Fueron dos monjes quienes a mediados del sigloXIII, revelaron el secreto, fabricando lentes para los frailes de más edad, para que pudieran continuar con su labor pastoral.                                                     En Alemania se cambio la montura de madera por una de plomo y se le adicionaron dos varillas rectas que se apoyaban sobre las orejas.                  Luego se usaron elementos más sofisticados como el carey , hierro, oro, plata, bronce,  pero eran costosos y no  estaban al alcance de las clases populares, más tarde llego la innovación del puente sobre la nariz, hasta que Benjamín Franklin, inventó los lentes bifocales y los soportes curvos que los sostuvieran en su puesto.                                        Hoy existen lentes progresivos que se adaptan a las distancias, lentes de sol  que controlan  la radiación y lentes de lujo solamente para lucir,  un artículo caro como una joya.            Si se te pierden los lentes, antes de preguntar, búscalos sobre tu nariz, saludos jairoache .



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