los restaurantes estaban cerrados y también el Duty Free.
Después de recorrer varios sitios encontró una cafetería donde compró una botella de agua, y se dirigió a la sala de embarque, allí estuvo esperando por más de dos horas, cuando llamaron a abordar, viendo las sillas vacías, consultó si no había más pasajeros, revisaron el registro y respondieron que había cuatro más, que nunca llegaron, las azafatas le comentaron que en el vuelo de venida solo habían viajado 22 pasajeros en una nave para 180. Le solicitaron sentarse en la salida de emergencia, que siempre está cubierta por un pasajero más o menos atlético, durante el vuelo de 3.087 Km. que demora 4 horas y 22 minutos, Ilan durmió, casi todo el trayecto, estaba cansado con la espera para abordar que tomó otras cuatro horas. Desde luego siendo el único pasajero, estuvo a su cuidado toda la tripulación, Ilan nunca olvidará este episodio de su vida.
Mi tío Argemiro tampoco olvidó una situación que me comentó había ocurrido en Armenia, por allá en los años 60.
Resulta que una tarde resolvió ir al teatro "yanuba " a ver alguna película, cualquiera que estuviesen presentando, y ese día la película era una lata, ni siquiera había cola cuando compró el ticket y decidió tomarse un pintado en la cafetería de " Atilano" famosa en ese tiempo y además muy cerca del teatro, desde donde podía mirar la taquilla.
Cuando consideró que ya era tiempo, entró y escogió una silla en el centro, que cuando eso no eran numeradas. Mientras empezaba la película, cambio varias veces de asiento buscando la mejor óptica, pero viendo que el leon de la "Metro"no aparecía en la pantalla, que por cierto estaba manchada como con una nube amarilla , comenzó a aplaudir para afanar al tramoyista. Entonces subió una señorita, la misma que vendía los tickets, para informarle que la película no se iba a presentar, por falta de público. " el público soy yo" reprochó. Vino otro empleado para informar que el camarógrafo ya se había ido; yo vine a ver la película, no al camarógrafo, explicó mi tío. Ante semejante problema, subió el administrador del teatro, para convencerle : "señor, este teatro tiene sesenta sillas, si presentamos la película vamos a perder mucha plata, cuánto quiere para abandonar la silla".
"ver la película"! Ripostó. mi tío, y el administrador desesperado, le ofreció cinco boletas para cualquier día, mi tío las recibió u continuo sentado. Y ahora que?..... devuélvame mi plata, que yo pague por está película, que no me presentaron. Cada que iba a Armenia, veía una película gratis. Saludos jairo .
Enviado desde mi iPhone
Enviado desde mi iPhone
No hay comentarios:
Publicar un comentario