domingo, 30 de agosto de 2020

Aquellas Bodas ( Bisabuelas)

 Aquellas bodas. No ha mucho tiempo, cuando nuestros "paterpatriarcas cercanos, o sean nuestros bisabuelos llegaban a edad de merecer y formar un hogar con la exclusiva consigna de procrear muchos hijos, el noviazgo precedente al matrimonio, prácticamente no existía. Había amistad o de pronto hasta se habrían visto por vivir en el mismo pueblo, pero sin libertad de elegir, era prerrogativa paterna escoger la novia para el hijo, pero sin noviazgo. Dos viejos amigos que habían trabajado duro para hacer fortuna, desmontando la selva, sacando madera para la construcción de pueblos, arriando las recuas de mulas, criando cerdos o ganado, lavando artesanalmente oro en los ríos y quebradas, en los mercados festivos o domingueros ejerciendo como carniceros de un día ; podían llegar a un acuerdo para casar a sus hijos por conveniencia, familiar o económica. "Te ofrezco mi hija para casarla con tu hijo, es buena muchacha, obediente, sabe cocinar, leer y escribir, muy trabajadora y me parece que harían buena pareja, tu hijo también es un muchacho verraco, que puede darnos muchos nietos". Las familias que tenían muchos hijos, tendrían muchos peones cuando los niños crecieran. Los nuevos esposos no se conocían con anterioridad y se casaban muy pronto después de comprometerse. Las novias no tenían idea de la vida marital y se regían por el sexo mandamiento" mijita deje que su marido le haga todo lo que él quiera,usted ?...calladita!,si la novia no aceptaba por las buenas, solo le quedaba la opción del convento. El consejo del cura en la boda, era ley: "la mujer se dedica estrictamente a los quehaceres del hogar, a la crianza de los hijos y atender las necesidades de su marido, mientras el esposo atiende el bienestar de la familia. Una vez concertado el matrimonio el padre llevaba al hijo donde las meretrices del barrio o de la zona de tolerancia para que aprendiera las virtudes sexuales, que garantizaban la procreación, pero de esto no dijeron nada los curas. La familia de la novia debía pagar la "dote" que era como la cuota inicial del nuevo hogar, muy parecido a comprar un buen marido para la hija. Y del amor que?... Pareciera que nacía más de la costumbre que del sentimiento, ( "es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor". Rocío Dúrcal) Un hombre que mantenía la alacena llena era merecedor del cariño de los suegros y estos se encargaban de trasmitirlo a la hija.

Después, algo evolucionó y muchos tuvieron éxito, el hijo debía lograr la aceptación de la novia por parte del padre, de lo contrario podría ser desheredado, el problema lo tenían las novias que debían caerle bien a las suegras que las sometían a un riguroso examen " tiene muchos defectos dice mi madre y demasiados huesos dice mi padre" lo canto Serrat. Mijita y usted si sabe cocinar, porque él está acostumbrado a una buena comida!.
Y no ha mucho tiempo, repito, porque aún hoy algunas abuelas nos cuentan que conocieron al abuelo una semana antes de casarse, pero desconocían los besos, los abrazos, las palabras bonitas o los regalitos en papel de seda. A mí madre la bautizó el abuelo de mi padre siendo el padrino, sin saber que sería la esposa del nieto y gracias a eso la salvo de que la llamaran Francisca ( Pacha) y la llamó Sofia, precioso nombre. cuando se comprometieron después de dos años de noviazgo, fue el abuelo más emocionado por la unión de dos seres que idolatraba. Saludos jairoache

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